Desde el inicio de la pandemia, los administradores de fincas en Valencia, hemos notado como la morosidad en las comunidades de vecinos ha crecido de forma alarmante, aunque si se empieza a ver que la subida ya no es tan pronunciada.
Según estudios lanzados desde los Colegios de Administradores de Fincas, solo durante la primera ola se ha apreciado que la morosidad habría crecido hasta un 40% a nivel nacional. Es dificil de evaluar el número exacto de morosos al no existir un registro oficial de propietarios que hayan dejado de abonar sus recibos en su comunidad de propietarios.
Además, y fruto de la pandemia y las restricciones sanitarias que debemos asumir, en muchas comunidades de propietarios no se están celebrando juntas generales, las únicas capacitadas para proceder a reclamar judicialmente una cuota a un propietario moroso y todo ello unido a que la gente con problemas económicos no estará pagando las cuotas de la comunidad.
Los administradores de fincas, urgen por poder adoptar decisiones y poder celebrar juntas telemáticas, dado que la morosidad puede complicar la gestión de ayudas que puedan llegar de los fondos europeos y que pueden ir destinados a mejorar, por ejemplo, la eficiencia energética de los edificios de las comunidades de vecinos.